¿En cuántas ocasiones has sentido que, ante determinada circunstancia, debías negar, disimular o esconder una emoción? Puede que en muchas y, en cierto modo, es fácil comprender por qué hacemos esto. Se dice que hay un tiempo y un lugar para todo; echarse a reír en la cara de alguien que acaba de perder su hogar podría considerarse, como poco, desconsiderado y ciertamente cruel. Pero, lo creas o no, ese no es el quid de la cuestión.
Tolerar la Diferencia
En el nombre de una convivencia pacífica entre más de 7.000 millones de humanos con diferentes puntos de vista sobre la realidad, en ocasiones se nos pide negar, disimular o esconder nuestro sentir. Pero la base de una convivencia pacífica no es negarte, disimularte o esconderte sino tolerar la diferencia; y eso es lo que los humanos aún no hemos aprendido.
Tú puedes no estar nada de acuerdo conmigo, estás en tu derecho porque tanto lo que tú opinas sobre los hechos como lo que yo creo es verdad; puedes incluso no sentir ningún respeto por mi forma de ver las cosas pero hay algo que nos debemos el uno al otro: la tolerancia. Por tu bien, aprende a tolerar -incluso aunque no respetes- las demás visiones de la realidad.
Tu ego tratará de convencerte de que tu versión de la realidad es la más acertada, la más justa y la más imparcial; pero es solo una ilusión. Las cosas no son buenas o malas, justas o injustas, alegres o tristes… Esto no son más que valoraciones subjetivas de las cosas, significados dados por el humano; lo único cierto es que las cosas simplemente “son”, todo lo que existe simplemente “es”. La vastedad de la existencia no es abarcable por la mente humana; el pensamiento sólo podrá darnos una visión parcial de ella.
Así que, si “todo es” y la única diferencia es el significado que cada persona le otorgamos a lo que vemos y experimentamos. Cuando niegas o menosprecias el sentir y la verdad de otra persona, estás negando y menospreciando toda su historia, su misma existencia, tal y como es. Y a nadie nos gusta que no nos incluyan…
Los humanos aún no hemos aprendido a tolerar, por eso aún hay asesinatos, guerras, vulneración de los derechos humanos, hambre… Así que, hasta que aprendamos, la siguiente propuesta es para aquellos que queráis transitar vuestra humanidad sin negaros, disimularos o esconderos y, al mismo tiempo, tolerar el mundo del otro.
Yo Quiero Sanar: Manos a La Obra
He aquí un ejercicio muy sencillo que puedes realizar siempre que lo desees. Lo único que necesitarás es: estar solo y no tener distracciones de ningún tipo durante una media hora y, si fuera el caso de un conflicto con otra persona, un cojín, peluche o fotografía que represente a dicha persona.
- Piensa en la situación en la que te hubiera gustado actuar o hablar de forma diferente. Puede ser un momento en el que reprimiste el llanto y, cada vez que te acuerdas de ello, se te pone un nudo en la garganta. También podría ser una discusión que tuviste con un amigo o familiar y preferiste no decir ciertas cosas para no empeorarlo todo. Piensa bien en esa circunstancia… Concéntrate en las emociones que afloran al recordarlo; siéntelo (ganas de llorar, rabia, frustración, enfado…), déjate llevar. Viaja a aquel entonces y revívelo como si estuviese sucediendo ahora mismo. Estás seguro, nada ni nadie te puede hacer daño, nadie te juzga, es tu momento.
- Ahora que ya has viajado a esa situación y te estás sintiendo como entonces, empieza a soltar todas esas emociones que reprimiste. Llora todo lo que necesites, grita, golpea un cojín si así te lo pide el cuerpo. Y, en el caso de que le tengas que decir algo a una persona, dirígete a ese cojín o foto que hayas escogido y dile todo lo que te hubiera gustado decirle. No reprimas nada, “quédate a gusto”.
- Sabrás que has terminado cuando te encuentres más tranquilo, cuando tu mente y tu cuerpo te comuniquen paz y sosiego. Entonces, pronuncia las siguientes palabras: “gracias por todo lo que he aprendido de esta situación, perdóname, te perdono y me perdono a mí mismo” (palabras poderosísimas utilizadas por la Cosmovisión Andina para la creación consciente de realidad).
- Ahora recuerda de nuevo aquel momento. Si ya no sientes esas emociones que tenías al empezar el ejercicio, para tu mente subconsciente el conflicto ya está resuelto y ya no te atormentará nunca más. Si aún sientes algún malestar, puedes repetir el ejercicio (ese día u otro) tantas veces como quieras hasta que notes que ya no te mueve nada el asunto en cuestión.
Ataques de Pánico y Ansiedad: Ejercicio Exprés
Para terminar, te dejo un “bonus” para aquellos momentos en los que la ansiedad o el pánico te ataquen y necesites una respuesta rápida. A mí me ayudó en una ocasión en la que viajaba en coche durante la noche, por una autopista vacía y empecé a perder el control sobre mi cuerpo. Me visitó la sensación de “muerte inminente” y tuve un ataque de pánico severo. Mi marido tuvo que llamar a una ambulancia y el técnico de emergencias sanitarias hizo que, en tan solo 10 minutos, los temblores y la taquicardia desaparecieran por completo. Te garantizo que esta técnica te ayudará sí o sí hasta en la peor circunstancia.
Vamos allá: cierra los ojos, concéntrate en tu respiración. Toma por la nariz todo el aire que puedas y retenlo durante 10 segundos; después exhala lentamente. Vuelve a tomar todo el aire que puedas, retenlo 10 segundos y luego exhala lentamente. Repite este simple ejercicio de respiración hasta que notes que tus pulsaciones bajan, tus músculos se relajan y te sientes tranquilo e incluso un poco adormecido.
Por último, pero no menos importante: si practicas la tolerancia con tu vecino pero él no lo hace contigo, a pesar de haberle hecho saber, de forma pacífica, que hay palabras y/o comportamientos suyos que te hieren, por supuesto que está bien que te alejes de lo que te hace daño.
Y recuerda, todo está bien; todo, siempre, está bien.
¿Y tú cómo lo llevas? ¿Te has visto alguna vez no siendo capaz de soltar y dejar ir? ¿Crees que te resultará útil empezar a aplicar alguna de estas técnicas en tu día a día? ¿O eres de los que ya practican la tolerancia desde hace tiempo? Vamos, déjame abajo tu comentario ¡y cuéntamelo todo! 😉
Featured Image of Post: Pexels at Pixabay