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Sí, hubo un tiempo en que también era una odisea para mí. Llegaban las fiestas y las reuniones familiares alrededor de una mesa más que abarrotada de comida y dulces. Tenía la sensación de que todos hacían algo con lo que yo sólo podía soñar: comer todo lo que querían y permanecer delgados. Pero cuando me puse a investigar a fondo la manera de disfrutar comiendo sin engordar, aprendí varias cosas y, desde entonces, me “doy el gusto” y continúo sana y delgada.
A lo mejor eres como yo y, durante estas fiestas, te conformas con mantener tu peso. Sea cual fuere tu objetivo para este periodo vacacional, déjame compartir contigo algunas de las cosas que aprendí durante mi investigación (aviso: si tienes sobrepeso, ¡puede que incluso pierdas algunos kilos! ;-))
¿Te Gusta Comer Dulces Y Pasteles? ¡Házlos Tú Mism@!
Odio cocinar, pero cuando se trata de comer magdalenas, tartas y galletas no me importa tanto hacerlos yo misma. Al principio fue una de mis estrategias para intentar adelgazar sin renunciar a los dulces. Perder peso sin dejar de comer lo que me gustaba era importante para mí, psicológica y emocionalmente hablando. Hoy lo hago principalmente por razones de salud. Recuerdo el día que leí que productos como la harina blanca o el azúcar blanco se comportaban como un veneno en el cuerpo humano… A mí también se me puso la cara blanca. Muy probablemente tú ya habrás leído o te habrán contado esto en alguna ocasión pero, por aquel entonces, yo no sabía nada y me sentí engañada y estafada. Había estado comiendo durante tantos años (¡y en tanta cantidad!) estos «alimentos» (por llamarlo de alguna forma porque, en realidad, ¡no alimentan!) y jamás había sospechado de su pernicioso efecto para mi cuerpo. Ciertos aditivos y productos prefabricados pueden causar verdaderos estragos en lo que a tu salud se refiere. Para mí, a día de hoy, comer correctamente es una cuestión de responsabilidad; quiero tratar bien el cuerpo en el que habito.
La harina y el azúcar blancos son alimentos tratados, han sufrido un proceso de refinado. Los fabricantes aplican un baño de gas de cloro (óxido de cloro) para blanquear la harina; y, para convertir en blanco el tono marrón-amarillento del azúcar puro, se utiliza el dióxido de azufre (el ácido fosfórico y el hidróxido cálcico también se añaden en otras fases del proceso de refinado). Lo que queda después del tratamiento químico son carbohidratos; esto es, las vitaminas, los minerales y las proteínas que originalmente tenía el producto sin procesar, ya no están ahí. La harina y el azúcar blancos son alimentos vacíos, sólo son calorías vacías. Nuestro cuerpo no reconoce este alimento procesado, no sabe cómo utilizarlo. Y, ¿adivinas qué es lo que hace para protegerse de él? Sí, en tu caso, puede que lo convierta en grasa.
Esto es una version muy, muy reducida de un proceso mucho más complejo en el que este tipo de alimentos está arruinando no sólo tu proceso de pérdida de peso, sino también tu salud. Ahora estoy segura de que entiendes la importancia de hacerte tus propios dulces… Si tu cuerpo reconoce lo que le das, lo utiliza y no lo almacena en forma de grasa (o algo peor). Si sustituyes los productos refinados por productos integrales, empezarás a notar cómo no ganas peso tan fácilmente e incluso cómo empiezas a perder esos kilos que se te resisten. Y todo casi sin darte ni cuenta 😉
Algún Consejo Más Para Mantener Tu Peso Durante Las Fiestas
¿Comiste demasiado anoche? En medio de festines con familiares y amigos resulta más complicado prestar atención a las señales de nuestro cuerpo. El ego y la información del colectivo puede que tomen el control y te veas actuando como no deseas. Pero cuando te levantas a la mañana siguiente, es más fácil recuperar la comunicación. Es muy probable que, si comiste más de lo que realmente necesitabas, sientas un hinchazón muy incómodo en la zona abdominal que, en ocasiones, va acompañado de dolor. Lo primero que te sugiero hacer cuando te levantes es beber un vaso de agua tibia con el zumo de medio limón. Hay personas a las que también les da muy buenos resultados un vaso de agua tibia con una cucharada de vinagre de sidra de manzana sin filtrar.
Luego, para desayunar tómate un zumo o un batido con frutas y verduras. Mi zumo favorito para limpiar el sistema digestivo lleva: 2 manzanas, ¼ pepino, 1 rama de apio, 1 puñado de espinacas (u otra hoja verde), 1 puñado de perejil y 2 cubitos de hielo. Toma este zumo o cualquier otro que te guste después de lo que consideres que ha sido un exceso y estarás ayudando a tu cuerpo a desintoxicarse, tomarse un descanso y mantener tu peso.
Y, por favor, no dejes de salir a dar un paseo revigorizante sólo porque haga frío fuera. Abrígate bien y sal a disfrutar de los asombrosos beneficios que tiene para tu salud el simple aire fresco 😉
Por último (y lo más importante): no te obsesiones, ni con la comida, ni con el ejercicio. Ten en cuenta estos consejos y, símplemente, ¡disfruta! Al final, es de lo que se trata 😀
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