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Conversando Con Un Coachee
Ayer tuve una primera sesión con un coachee y salió un tema crucial: los alimentos refinados. Él empezó comentando que uno de sus principales miedos era que esta vez fuera sólo una más y le saliera tan mal como todas las anteriores. Le pregunté qué es lo que hacía cuando veía que no podía seguir el programa que había planeado y me dijo que compraba todo lo que más le gustaba y se lo comía (sobre todo, comida basura). Entonces yo le hablé de los potenciales efectos adversos que tiene para la salud someter a su cuerpo a los abusos de ciertos alimentos. En realidad, no deberíamos llamar alimentos a ciertas cosas porque su contribución a nuestra subsistencia es muy escasa o nula. Azúcar encubierto, ingredientes ocultos, los llamados venenos blancos… Como no quería abrumarle con tanta información en la primera sesión, empecé por hablarle de los productos refinados como la sal, el azúcar, las harinas y el arroz blanco.
¿Los Productos Refinados Sientan Bien?
Al refinar los alimentos, se destruyen prácticamente todos sus nutrientes. En el caso del pan y del azúcar, los porcentajes de fósforo, calcio, hierro y magnesio se reducen drásticamente hasta casi desaparecer (Mercola, 2011). Una vez desprovistos de su nutrición, lo que queda fundamentalmente son carbohidratos simples. Es decir, tu cuerpo no está recibiendo nutrientes y enzimas esenciales para la subsistencia, tan sólo energía.
Y, ¿no es bueno recibir energía? Aquí mi coachee se empezó a poner ansioso y le expliqué por qué no es tan sencillo. En primer lugar, es bueno recibir energía, pero le expliqué por qué no es tan favorable para nuestro cuerpo recibirla de estos alimentos refinados: el cuerpo no puede utilizar esa energía a no ser que vaya acompañada de proteínas, vitaminas y minerales. Entonces, ¿qué es lo que hace para poder utilizar esa energía? Nuestro sistema recurre a sus propias reservas de minerales, tratando de corregir ese desequilibrio y este es el principio de un debilitamiento general que afecta al cuerpo de muy diversas formas: el consumo continuado de carbohidratos simples está relacionado, entre otros, con la diabetes, enfermedades del corazón, alergias y asma, deterioro dental y cáncer (Dufty, 1975; Martin, 1957; Mercola, 2011). Puedes leer más acerca de los químicos que utilizan para refinar aquí.
Por otra parte, el azúcar y los alimentos procesados son altamente adictivos, tanto como la cocaína. Y no lo digo yo; a estas conclusiones ha llegado el profesor de psicología Joseph Schroeder y un equipo de estudiantes de la Universidad de Connecticut (Connecticut College, 2013). El doctor Joseph Mercola se hace eco de esta investigación y afirma que:
cuando usted consume azúcares refinados y procesados, estos activan la producción de opiáceos naturales del cerebro – un ingrediente clave en el proceso de adicción. Esencialmente, su cerebro se vuelve adicto a la estimulación de la liberación de sus propios opiáceos, como lo haría con la morfina o la heroína (Mercola, 2013)
Aquí a mi coachee ya se le quedó la cara blanca. Pero todavía tenía más información para él. Desde el punto de vista de la pérdida de peso, cualquier energía no utilizada inmediatamente por el cuerpo se almacena en el hígado y en los músculos en forma de glucógeno. Si el azúcar ingerido sobrepasa la capacidad de almacenamiento de tu hígado y tus músculos, el exceso de glucógeno se convierte en grasa y se almacena en las áreas más inactivas de tu cuerpo: la zona abdominal, las caderas, los muslos y el pecho (Dufty, 1975; Mercola, 2011).
Indicaciones Para Empezar
Utiliza azúcar, harinas y arroz integrales. Hazte con azúcar mascabado (o moscabado) o con la variedad demerara; la miel o el sirope de ágave, la stevia, el xylitol y el monk fruit (o fruta del monje) también son buenos sustitutos. Elimina la sal de mesa normal y utiliza en su lugar sal rosa del Himalaya o sal marina sin refinar (asegúrate de que en el paquete pone que es sin refinar; si no lo especifican, puede ser procesada). Prueba a hacerte tu propio pan; es dificilísimo encontrar pan 100% integral aunque en el envoltorio ponga que lo es (mira los ingredientes, verás como gran parte es harina refinada y le añaden sólo un pequeño porcentaje de integral). En algunos herbolarios he encontrado panes de harina 100% integral. Y si no te apetece nada de esto, también podrías probar con tortitas de arroz integral, quinoa o trigo sarraceno (disponibles en herbolarios y algunos supermercados).
Después de contarle todo esto, esta mañana mi coachee me ha enviado una foto con su desayuno. Añadió un mensaje en el que decía “¿yo comiendo ensalada?”. Resonó tanto con lo que le conté ayer que no le apetecía desayunar lo habitual 😀
Una Última Observación
Cuando empieces, puede que sigas sintiendo ganas de comer toda esa comida basura (recuerda, es adictiva); no se trata de que lo dejes de repente. Come lo que quieras, pero antes de hacerlo, si puedes, empieza con una pequeña ensalada. Este es el primer gran cambio. Verás como tu cuerpo y tu mente empiezan a notar la diferencia 😉
Y tú, ¿tienes alguna duda o comentario que hacer? Escríbe abajo tus pensamientos, ¡son bien recibidos! 😉
Referencias:
Connecticut College. (2013). Student-Faculty Research Suggests Oreos Can Be Compared to Drugs of Abuse in Lab Rats. Retrieved from https://www.conncoll.edu/news/news-archive/2013/student-faculty-research-suggests-oreos-can-be-compared-to-drugs-of-abuse-in-lab-rats.html#.VhVXcpdWIg4
Dufty, W. (1975). Sugar Blues: Chilton Book Company.
Martin, W. C. (1957). The Dangers of Refined Sugar.
Mercola, J. (2011). Una Manera Sencilla para Bajar de Peso y Disminuir el Cansancio – Deje de Comer Esto. Retrieved from Mercola.com website: http://espanol.mercola.com/boletin-de-salud/como-el-pan-de-harina-blanca-refinada-afecta-su-salud.aspx
Mercola, J. (2013). Se Descubre que las Galletas Oreo Son tan Adictivas como la Cocaína. Retrieved from mercola.com website: http://espanol.mercola.com/boletin-de-salud/oreos-y-el-consumo-de-fructosa.aspx