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Cuando La Ciencia Y Los Milagros Se Funden
Es interesante cómo la ciencia está empezando a encontrar explicación para conceptos tan misteriosos y abstractos como los llamados “milagros”, “fenómenos inexplicables” o, en general, todo aquello que excede las leyes de la física (o, al menos, tal y como somos capaces de comprenderlas en la actualidad).
Sin embargo, si lo piensas bien, ir desvelando grandes enigmas no es nada nuevo, forma parte del avance en nuestro conocimiento y de nuestra evolución como especie. Por ejemplo, hubo una época en la que la tierra era el centro del universo, todo giraba alrededor de ella y punto; hoy, naturalmente, la idea nos parece ridícula pero os recuerdo que a Galileo le obligaron a retractarse ante una comisión de inquisidores y fue condenado a vivir bajo arresto domiciliario por defender el modelo heliocéntrico de Copérnico. Otro ejemplo lo encontramos en Marconi, que fue puesto bajo custodia por sus propios amigos y le examinaron en un hospital para psicópatas cuando le dio por anunciar que había descubierto un principio mediante el cual se podrían enviar mensajes a través del aire, sin necesidad de utilizar ni hilos ni cables. Los grandes descubrimientos no son fáciles de “digerir” , en un principio.
Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente
Arthur Schopenhauer, filósofo alemán.
Los textos de las civilizaciones más antiguas conocidas ya recogían una idea que está siendo corroborada por los últimos descubrimientos en el área del funcionamiento de la mente humana y en el campo de la física cuántica: el mundo es, en esencia, el reflejo de nuestros pensamientos y de las emociones que nos producen dichos pensamientos. En este sentido, investigaciones militares llevadas a cabo con ADN humano, los experimentos del físico ruso Vladimir Poponin y del Instituto Heartmath respaldan con sus hallazgos esta teoría (si te interesa profundizar en estos experimentos y saber más sobre la ciencia que hay detrás de un mundo creado por nuestra mente, te recomiendo que veas el documental en el que entrevistan a Gregg Braden: “La ciencia de los Milagros”).
¿Quieres un ejemplo? Quizás el más obvio sea el siguiente: un determinado pensamiento (“no valgo para nada”) desencadena una serie de reacciones corporales como por ejemplo, la alteración del ritmo de nuestro corazón y nuestra respiración y la liberación de ciertos neurotransmisores químicos. Ahí lo tienes, un pensamiento (inmaterial) ha producido cambios a nivel físico. Los descubrimientos de la física y la mecánica cuántica nos alejan del antiguo paradigma newtoniano que estaba centrado en la materia y recogía la formulación cartesiana de la separación radical entre mente y cuerpo; las nuevas teorías, sin embargo, relacionan la mente subjetiva con la materia, lo intangible con lo palpable, lo espiritual con lo físico.
Somos Energía
Desde la sabiduría recogida en el famoso texto milenario de sabiduría china, el Tao Te Ching (o Tao Te King), hasta la tradición de las tribus de los antiguos chamanes, culturas tan dispares y distantes en el tiempo y el espacio ya intuían la existencia de un campo de energía. Esa energía es nuestro mundo y todo lo que hay en él; se le ha llamado de muchas formas, desde campo energético, hasta holograma cuántico o mente creadora.
Que el universo y nosotros mismos somos energía ya lo ha contado la ciencia occidental en su propio lenguaje; si quieres indagar más acerca de los experimentos que lo demuestran, te remito de nuevo al documental del que te hablo unas líneas más arriba y te sugiero también que veas “La Matriz de la Vida”; si prefieres leer, el libro “La Matriz Divina”, también de Gregg Braden, es especialmente interesante.
Como todo es energía, nosotros y todo aquello que nos rodea, lo podamos ver o no, está vibrando a una determinada frecuencia. Tu cuerpo, tu mascota, el libro que estás leyendo y hasta tus pensamientos… todo está vibrando.
¿Por Qué Te Estoy Dando Todos Estos Datos?
Porque la clave para obtener todo aquello que deseas en tu vida está en aprender a hablar su mismo idioma; ¿cómo? En primer lugar, sabiendo todo lo que te he contado en este artículo: que el universo y todo lo que hay en él es energía y que esa energía vibra a diferentes frecuencias.
Una vez que sabes todo lo anterior es más fácil comprender que la calidad de nuestros pensamientos y emociones diarias establece un campo electromagnético que nos rodea y que atrae hacia nosotros su equivalente vibratorio. El doctor Richard Gerber explica esta tesis aplicada al campo de la medicina (Gerber, 2001; Gerber, Bermell, & Solbrig, 1993, pp. 10-58); como afirma la Dra. Chistiane Northup, profesora clínica de Ginecología y Obstetricia, este fenómeno es lo que se conoce como la ley de la atracción. Así sentimos, así vibramos; así vibramos, así atraemos; “las aves del mismo plumaje vuelan juntas” (Northrup, 2015).
¿Quieres saber cómo empezar a vibrar en la misma frecuencia de lo que deseas? Haz clic aquí 🙂
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Referencias:
Gerber, R. (2001). La curación vibracional: Robin Book.
Gerber, R., Bermell, J. A., & Solbrig, G. E. (1993). La curación energética: Robinbook.
Northrup, C. (2015). Law of Attraction and Vibrational Energy. Christiane Northrup. Retrieved from Christiane Northrup website: http://www.drnorthrup.com/law-of-attraction-and-vibrational-energy/