En artículos anteriores te hablaba de que es posible crear una vida nueva, la que tú desees; suena utópico y muy lejano, pero lo cierto es que está más cerca de lo que nunca hubieras imaginado.
En nuestro entorno, ya sea en la esfera personal o profesional, encontramos muy poca gente que nos enseñe y viva según la creencia de que somos los verdaderos artífices de nuestra vida, de que somos nosotros los que tenemos el poder de moldearla a nuestro gusto. Más bien al contrario, en mi cabeza resuenan frases del tipo “la vida no es un camino de rosas”, “no sueñes mucho porque te vas a desilusionar”, “unos nacen con estrella y otros estrellados”, “tendrás que trabajar muy duro y nunca serás rico”, “la vida es sufrimiento”… Hay muchas más frases de este estilo, ¿te parecen alentadoras? A mí tampoco.
Muchas personas te dirán que lo anterior es ser realista y que lo demás es engañarse o que “hay que tener los pies en la tierra”. Te concedo el beneficio de la duda, yo misma también lo pensaba. Qué equivocada estaba…
La vida me ha enseñado que las anteriores afirmaciones no son una verdad absoluta sino tan solo un punto de vista; es más, cuando te deshaces de esas perspectivas tan limitantes y deterministas, no dejas de tener los pies en la tierra sino todo lo contrario: empiezas a ser el creador consciente de tu realidad y no un ser programado que discurre por el mundo dejando que la vida simplemente le suceda. Los coaches llamamos a esto último: “ir en piloto autómatico”.
Patrones de Comportamiento Automático
Hacerte el café de la mañana, ducharte, lavarte los dientes, vestirte, conducir hasta el trabajo… Son hábitos, es decir, acciones que, repetidas a lo largo del tiempo, se convierten en algo mecánico, te salen sin pensar. Esto es ir en piloto automático.
Pero no solo tienes automatizadas cosas como tu rutina de higiene y aseo personal, por ejemplo, sino también tu forma de relacionarte con las personas, frecuentar determinados lugares, comer ciertos alimentos, ver programas de televisión concretos, hacer más o menos ejercicio… En tu interacción con el mundo, tienes automatizados ciertos comportamientos que determinan tus resultados en todas las áreas de tu vida, ya sea en el plano sentimental, el profesional o en el de la salud.
La mente consciente le da el control mayoritario de los hábitos a la subconsciente. Como lo expresa el autor Tom Venuto en su libro “The Body Fat Solution”, es como si tu mente consciente le dijera al subconsciente: “[o]ye, voy a hacer esto un montón, así que hagamos que la próxima vez sea más fácil de realizar y salga automático para que no tenga que pensarlo nunca más. Estoy muy ocupado con otras cosas” (Venuto, 2009). A esto hay que añadir que recientes investigaciones sugieren que nuestra mente subconsciente controla un 95% o más de nuestros pensamientos y actos.
Por eso el Piloto Automático es el Secreto
La mayoría de los métodos que existen para cambiar de forma efectiva nuestros resultados se basan en la comprensión consciente y altas dosis de voluntad. Pero, como acabas de ver, la voluntad y la comprensión operan solo el 5% del tiempo; el 95% restante es tu subconsciente el que toma el control “invitándote” a que repitas una y otra vez los programas que interiorizó sin cuestionamientos de ningún tipo cuando eras muy pequeñ@. Tu éxito o tu frustración dependen del tipo de información y de los procesos de automatización de la misma que haya llevado a cabo tu subconsciente.
Lo bueno es que, igual que tienes automatizados comportamientos que te alejan de tus metas, puedes conseguir ponerte en piloto automático en cualquier cosa que te plantees y conseguirlo. Hay muchas formas de hacerlo, algunas son más complejas y requieren más tiempo que otras. Pero te voy a dejar aquí un ejercicio muy fácil y efectivo para que empieces ya mismo. Ya te lo perfilé en el artículo anterior; si te gustó, prepárate para ir un poco más allá, aquí ya nos ponemos más serios…
Perfila bien tu objetivo
Pregúntate: ¿qué quiero conseguir?, ¿cuál es mi objetivo? Anota tu respuesta en un papel. Tu objetivo ha de ser muy específico y ha de estar expresado en positivo y en tiempo presente. Por ejemplo, si tu objetivo fuera “quiero ser feliz” no estaría correctamente expresado. “Quiero ser feliz” es una frase muy general y en un universo cuántico las posibilidades son infinitas; es decir, que esa felicidad te podría llegar de muy diversas formas que, a lo mejor, no se ajustan a lo que significa ser feliz para ti.
Otro ejemplo de objetivo mal formulado sería “quiero adelgazar”. De nuevo, la palabra adelgazar implica un proceso y no un resultado (el universo escucha y te devuelve lo que le pides; si, en este caso, quieres adelgazar, efectivamente lo lograrás una y otra vez, ¡siempre tendrás kilos que adelgazar!). Una formulación correcta sería: “el próximo día 15 de mayo de 2017 peso 70 kilos”.
Esto nos lleva a la segunda característica que ha de tener tu objetivo para estar bien formulado: ha de ser concreto en el tiempo; pon la semana (y si puedes el día, mejor), el mes y el año en el que lo vas a conseguir.
Y no lo olvides, formulado en positivo, por lo tanto no incluyas palabras como “no” o verbos como “necesito” o “debo”. La mente no entiende el “no” y, por lo tanto, mantiene el foco en el problema.
Pregúntate: «¿para qué quiero conseguir este objetivo?»
Esto es muy personal y está muy relacionado con tus valores y con tu forma única de entender el mundo. Podría ser, en el caso de pesar 70 kilos, por ejemplo: para sentirte más saludable, para desarrollar más seguridad en ti mism@… Contesta lo que de verdad salga de ti, trata de dejar a un lado los valores y la moral del colectivo. Este ejercicio es para ti y para nadie más. Cuando tengas todas tus frases contestando tus “para qué”, formúlalas en positivo y en presente. Por ejemplo, si uno de tus “para qué” fuese “para sentirme más en forma y saludable” tu nueva frase expresada en positivo y en tiempo presente sería: “estoy en forma y saludable”.
Visualízate con tu objetivo ya logrado
Crea una imagen en tu mente donde te ves con tu meta conseguida y responde a lo siguiente: ¿cómo te sientes?, ¿qué ves?, ¿qué escuchas?, ¿cómo reacciona la gente de tu alrededor ante tu logro? Con lo que respondas a estas preguntas, también formarás una serie de frases que, de nuevo, deberán estar formuladas en positivo y en presente.
Ahora ya tienes una lista de frases o decretos. Si tomamos el ejemplo que te he puesto arriba, (pesar 70 kilos), en tu lista de decretos se podría leer algo parecido a esto:
- “el próximo día 15 de mayo de 2017 peso 70 kilos” (tu objetivo específico, expresado en positivo, en tiempo presente y concreto en el tiempo).
- “estoy completamente sano”, “disfruto de una gran seguridad en mí mism@”, “tengo muchísima energía y juego durante horas con mis hijos” (así serían tus respuestas a la pregunta “¿para qué?”).
- “me siento muy alegre y vital”, “mis familiares y amigos están felices al verme tan content@ y con tanta energía”, “me siento poderos@ al haber logrado mi reto” (así serían tus respuestas a las preguntas ¿cómo te sientes?, ¿qué ves?, ¿qué escuchas?, ¿cómo reacciona la gente de tu alrededor ante tu logro?)
No hay límite para el número de frases que te salgan, solo trata de respetar estos principios de formulación.
Al leer todas tus respuestas, debería venirte una sensación de excitación ante un reto que te planteas, como el cosquilleo que se siente en el estómago antes de hablar en público o el día antes de tu primer campeonato de baloncesto. Lo que no deberías pensar es que es imposible y que te estás engañando. Tu objetivo ha de obligarte a ir más allá de lo que hasta ahora has hecho, pero no tanto como para que a tu mente le resulte totalmente incongruente. Retador, sí; agobiante, no.
Busca una foto
Esta última parte del ejercicio es opcional, aunque yo te recomiendo que la hagas porque le añade efectividad. Busca una foto que se ajuste lo más fielmente posible a lo que deseas conseguir (si quieres pesar ciertos kilos, busca una imagen en internet de alguien con la figura que te gustaría conseguir o, si en su día tuviste el cuerpo que querías, encuentra una de esa época; si deseas viajar busca fotos de los lugares que deseas visitar, de un avión, un tren, etc.). Imprime esa foto (o fotos) y ya casi estamos.
Pon todos tus decretos bien bonitos en una hoja. Y Ahora ya se trata de que leas esas frases o decretos y mires esa foto todos los días, sin excepción. Si es necesario, ponte una alarma en el móvil o piensa en cualquier otra forma de recordártelo. La repetición es la clave del éxito y lo que hará que en tu mente se produzcan los cambios necesarios para abandonar viejos patrones de conducta que no estaban sirviendo a tus propósitos.
Según la Cosmovisión Andina, en 7 días se crea una costumbre, en 21 un hábito y en 40 un patrón (nuestro piloto automático). Si quieres que te salga sin pensar y sin esfuerzo ninguno, te sugiero que trates de llegar a esos 40 días, irás en piloto automático.
Es normal que cuando empiezas a ver el potencial del trabajo mental te apetezca ir más allá y averiguar de qué otras formas podrías continuar construyendo la vida que deseas. ¿Ya estás en esa fase? ¿Conoces y practicas otras técnicas? ¿O eres de los que empiezan ahora? Déjame un comentario abajo ¡y cuéntamelo todo! Estoy deseando saber qué tal te va 😉
¡Adelante, que la única programación que haya en ti sea elegida con consciencia!
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Referencias:
Venuto, T. (2009). The Body Fat Solution: Five Principles for Burning Fat, Building Lean Muscles, Ending Emotional Eating, and Maintaining Your Perfect Weight: Avery.